Nueve años no se cumplen todos los días, así que necesitábamos un regalo especial. Como ya tenemos ganas de buen tiempo, se nos ocurrió hacer un poncho para la primavera.
Mientras lo hacíamos, le tuvimos que engañar diciendo que era un encargo y no hacía mas que repetirnos que la lana era super bonita.
¡Lo mejor fue su cara al verlo!
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